domingo, 9 de diciembre de 2007

Ojos Verdes


Ojos verdes de arboleda
Cara de Luna, tacto de rosa,
Piel ardiente cual hoguera
Alma de blanca paloma.

Habita en su cálido pecho
un corazón tan grande
que no cabe en nuestro cielo.

De ancha espalda, porque carga
Pasado, trabajo, familia y casa.
Todas las penas del universo
Han mojado ya su pecho.
Pero no aparta la amargura
De su risa la hermosura

Rebelde, libre y decidida
Jamás se da por vencida,
Entregando el corazón;
Su alma y hasta su vida.

Mujer, madre y señora…
Amiga incondicional,
Mujer que ama y adora
Fiel, honrada y luchadora.

Niña mimosa y desvalida
que se siente incomprendida,
escondiendo en su pecho
una enorme herida.

Hay dolor en su mirada
Y dulzura en su palabra.
Cuanto cariño anhela…
Ella, mi niña amada.



© Francisco Javier Frade Parada

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este poema te ha quedado realmente precioso, llego a identificarme en algunas cosas con él, está muy bien tu blog, felicidades y felicidades también a quien te ha ayudado a crearlo, muy bonito.

Francisco J. Frade dijo...

Muchas gracias por tu visita afrika-amanece, he visitado tu blog y me gustan mucho tus poemas, parece que vivimos experiencias muy parecidas últimamente. Saludos y bienvenida a tu casa.