Te amo como siempre,
te deseo más que nunca.
Pero, ante todo respeto,
lo que dices, lo que sientes.
Te he dado lo que he podido
en justa medida a lo recibido;
que dar más no es precavido,
ni cuerdo y sin sentido.
Dices que ya no me amas,
pues abandono la batalla
y hago entrega de mis armas.
Porque, un corazón no se gana
por la fuerza o la constancia.
Que un corazón no se gana,
ni se compra, ni se vende;
hasta el corazón se llega
cuando el corazón se entrega
y quien lo recibe siente.
Hay quien por ignorancia,
pasa la vida luchando,
no vive, ni da confianza,
ni de paz aseguranza.
Hay que saber perder
con honor y hasta elegancia;
pues el respeto se gana
no con miedo, si con prestancia.
Y respetando deseo ajeno,
aunque sea contrario al propio;
nunca fuerzo circunstancia
tan solo por mi provecho.
Prueba de amor no se pide
a quien de verdad se ama,
pues en amor verdadero
no cabe la desconfianza.
Se dice que quien ama
es capaz de cualquier cosa;
de cualquier cosa es capaz
quien no respeta a quien ama.
Desconfía el que pide seña;
si desconfía, es que flaquea
el cariño con que ama,
a quien tiene a su vera.
La mejor prueba de amor
sin duda es la confianza;
si es plena en quien se ama,
su entrega mayor será.
Con orgullo, ni arrogancia,
ni trucos o tretas se ha de ganar,
más que lo que dura el engaño;
si un minuto o un año...
eso amor nunca será.
Amor, adiós, yo te digo.
Y aunque de mi nada sepas,
donde siempre, yo estaré,
que si algo necesitas,
no dudes en acudir.
Porque mi corazón aún palpita
con tu nombre u otra cosa,
que me traiga a la memoria
tu voz, tu cara o tu aroma;
y esos bellos momentos
que pasé contigo, Rosa.
Y es que una simple melodía
mis recuerdos alborota,
mi mente desvaría
y me vence la derrota.
te deseo más que nunca.
Pero, ante todo respeto,
lo que dices, lo que sientes.
Te he dado lo que he podido
en justa medida a lo recibido;
que dar más no es precavido,
ni cuerdo y sin sentido.
Dices que ya no me amas,
pues abandono la batalla
y hago entrega de mis armas.
Porque, un corazón no se gana
por la fuerza o la constancia.
Que un corazón no se gana,
ni se compra, ni se vende;
hasta el corazón se llega
cuando el corazón se entrega
y quien lo recibe siente.
Hay quien por ignorancia,
pasa la vida luchando,
no vive, ni da confianza,
ni de paz aseguranza.
Hay que saber perder
con honor y hasta elegancia;
pues el respeto se gana
no con miedo, si con prestancia.
Y respetando deseo ajeno,
aunque sea contrario al propio;
nunca fuerzo circunstancia
tan solo por mi provecho.
Prueba de amor no se pide
a quien de verdad se ama,
pues en amor verdadero
no cabe la desconfianza.
Se dice que quien ama
es capaz de cualquier cosa;
de cualquier cosa es capaz
quien no respeta a quien ama.
Desconfía el que pide seña;
si desconfía, es que flaquea
el cariño con que ama,
a quien tiene a su vera.
La mejor prueba de amor
sin duda es la confianza;
si es plena en quien se ama,
su entrega mayor será.
Con orgullo, ni arrogancia,
ni trucos o tretas se ha de ganar,
más que lo que dura el engaño;
si un minuto o un año...
eso amor nunca será.
Amor, adiós, yo te digo.
Y aunque de mi nada sepas,
donde siempre, yo estaré,
que si algo necesitas,
no dudes en acudir.
Porque mi corazón aún palpita
con tu nombre u otra cosa,
que me traiga a la memoria
tu voz, tu cara o tu aroma;
y esos bellos momentos
que pasé contigo, Rosa.
Y es que una simple melodía
mis recuerdos alborota,
mi mente desvaría
y me vence la derrota.
07 Enero 2008
© Francisco Javier Frade Parada.
2 comentarios:
Es precoso este poema Francisco, ¡ánimos cielo!, levántate y con fuerza pa´lante, que el amor como bien dices ni s e compra ni s e vende, se regala, el amor no s e pide, se da, mi niño mientras antes asumas que debes levantarte mejor será para ti mismo, tra cosa es hacerte daño, sé que es dificil.Recibe un caluroso abrazo que siempre se ncesita cuando se asa como lo e stá s pasando.
Gracias querida Afrika, tu abrazo me alegra el alma y abriga mi corazón... Es un placer tenerte entre mis letras, otro abrazo para ti.
Publicar un comentario